domingo, 12 de junio de 2011

EUSAPIA




“No hay ciudad más propensa que Eusapia a gozar de la vida y a huir de los afanes. Y para que el salto de la vida a la muerte sea menos brusco, los habi­tantes han construido una copia idéntica de su ciu­dad bajo tierra.
Los cadáveres son llevados allá abajo para seguir con las ocupaciones de antes.
La obligación de acompañar abajo a los muertos y de acomodarlos en el lugar deseado ha sido con­fiada por siempre a una cofradía de encapuchados, Ningún otro tiene acceso a la Eusapia de los muertos y todo lo que se sabe de abajo se sabe por ellos.
Dicen que la misma cofradía existe entre los muertos y que no deja de darles una mano.
Dicen que cada vez que descienden encuentran algo cambiado en la Eusapia de abajo; los muertos introducen innovaciones en su ciudad; no muchas, pero sí fruto de la reflexión ponderada.

De un año a otro, dicen, la Eusapia de los muertos es irreconocible. Y los vivos, para no ser menos, todo lo que los encapuchados cuen­tan de las novedades de los muertos también quie­ren hacerlo. Así la Eusapia de los vivos se ha puesto a copiar su copia subterránea.

Dicen que esto no ocurre sólo ahora: en realidad habrían sido los muertos quienes construyeron la Eusapia de arriba a semejanza de su ciudad.

Dicen que en las dos ciudades gemelas no hay ya modo de saber cuáles son los vivos y cuáles los muertos.”

Italo Calvino. Las Ciudades. Invisibles