La obligación de acompañar abajo a los muertos y de acomodarlos en el lugar deseado ha sido confiada por siempre a una cofradía de encapuchados, Ningún otro tiene acceso a la Eusapia de los muertos y todo lo que se sabe de abajo se sabe por ellos.
Dicen que la misma cofradía existe entre los muertos y que no deja de darles una mano.
Dicen que cada vez que descienden encuentran algo cambiado en la Eusapia de abajo; los muertos introducen innovaciones en su ciudad; no muchas, pero sí fruto de la reflexión ponderada.
Dicen que esto no ocurre sólo ahora: en realidad habrían sido los muertos quienes construyeron la Eusapia de arriba a semejanza de su ciudad.
Dicen que en las dos ciudades gemelas no hay ya modo de saber cuáles son los vivos y cuáles los muertos.”
Italo Calvino. Las Ciudades. Invisibles
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